Fondo Norte en el partido frente al Mallorca | David Rodiño

El Pontevedra vuelve a unos octavos de final de Copa del Rey cincuenta y cuatro años después. Más de medio siglo ha pasado desde la última vez que los granates se colaron entre los dieciseis mejores equipos de esta histórica competición. Levante, Villarreal y Mallorca sucumbieron en Pasarón. Analizamos el histórico pase de ronda del PCF.

¿Casualidad o causalidad?

El Pontevedra CF ha arrollado al actual subcampeón de la Copa del Rey, el RCD Mallorca. Para muchos, eliminar al Levante era una casualidad fruto de la fortuna. Con la victoria frente al Villarreal eran menos los que pensaban que el Pontevedra dependía únicamente de la suerte. Tras el partido de ayer frente al Mallorca, creo que no queda nadie en la ciudad que opine que este equipo se ha plantado en unos octavos de final de copa debido a un cúmulo de casualidades y acciones fortuitas.

La causalidad tiene diferentes acepciones dependiendo del plano en el que utilicemos la palabra: la física, la filosofía o la estadística. Para el primero de estos tres términos, la causalidad sostiene que cualquier evento está causado por otro anterior. Es decir, todo tiene un origen necesario que desencadena una serie de acontecimientos que nos conducen al actual. Ese origen, para el Pontevedra, reside en el final de la temporada pasada.

La derrota liguera frente al Ourense CF fue el desencadenante de una debacle que se culminó con el no ascenso en el play off frente al Betis B. En aquel partido el equipo, el club y la afición tocaron fondo deportivamente hablando. Nadie quería saber nada de la presente temporada. Todo lo que fuera no jugar en la 1ªRFEF y estar un paso más cerca de volver al fútbol profesional era un fracaso en mayúsculas. Ver para creer. Ninguno de los «dos mil de siempre» hubieramos pensado que este año viviríamos una de las mejores temporadas que podemos recordar.

Portadas en toda la prensa nacional. Número 1 en tendencias en X, el reconocimiento de un país entero que se rinde al fútbol que practica un club de cuarta categoría para eliminar a equipos de élite. Nunca imaginé que el Pontevedra, mi Pontevedra, sería el protagonista de una hazaña de este calibre. No debemos olvidar donde estamos y cual es nuestro objetivo: hay que salir del barro cuanto antes y pelear por volver al fútbol profesional. Sin embargo, esta Copa del Rey nos está dando pinceladas de lo que es ese fútbol. Y el Pontevedra está demostrando que quiere volver a estar ahí, a ser el club que fue muchos años atrás.

La reconciliación necesaria

Jugadores y afición. Afición y jugadores. Se ha generado un clima de comunión que no se veía desde hacía muchos años. No creo que haya que recordar lo que pasó a final de la temporada pasada. La relación entre el equipo y sus siareiros estaba completamente rota. Todas las parejas discuten, querer al PCF es muy complicado en ocasiones, y la decepción del ascenso frustrado afectó mucho tanto a la afición como a los jugadores. Fui el primero en pedir que rodaran cabezas, que la mitad de la plantilla no podía continuar, y que debía haber un cambio en el banquillo para hacer borrón y cuenta nueva. Me equivocaba en todo.

Pienso que, en ocasiones, es necesario fallar para aprender de los errores. A pesar del disgusto que supuso no ascender de categoría, tanto la plantilla como el cuerpo técnico han sabido reponerse, y de qué manera. Si Yago Iglesias ya era un entrenador de unas cualidades notables tácticamente hablando, la temporada pasada le ha convertido en una versión mucho más completa y mejorada de lo que era. Cada eliminatoria, cada partido de liga, están siendo una demostración de que una buena plantilla junto a un entrenador que sepa explotarla es muy difícil de parar.

El verdadero objetivo

Es complicado ser realista después del partido de ayer. Estamos en octavos de final y la sensación de que podemos hacer frente a cualquier equipo en Pasarón es real. Sin embargo, creo que este impulso que nos está dando la Copa debe ser aprovechado para lo verdaderamente importante, la liga. Visualizo un escenario a final de temporada en el que logramos ascender a 1ªRFEF y habiendo llegado a unos hipotéticos cuartos de final. El aumento de masa social que nos daría este arreón copero junto al ascenso podría sentar las bases del club para asentarse y convertirse en candidato a volver al fútbol profesional más pronto que tarde.

Desde la directiva deben ser conscientes de ello. El impulso económico que nos está dando esta competición debe volcarse en crear más granatismo y asentar una masa social mayor. Vienen partidos claves en Pasarón como el del Compos y Numancia, el mes de enero puede ser diferencial en el devenir de la temporada. Si el club y el equipo están a la altura, podremos salir muy reforzados para afrontar el tramo final de temporada tan importante que tendremos.

Quizá estemos ante esos primeros pasitos que hay que dar de cara a ser una entidad profesional. No todas las temporadas se te presenta un escenario de estas características y es obligación del club saber aprovecharlo. Esta Copa del Rey puede quedar en anécdota, o puede ser la base sobre la que construir una masa social apropiada a un proyecto que quiere y debe volver a competir por volver al fútbol profesional. Toca celebrar, pero también pensar en el mes que tenemos por delante. Enhorabuena granates, Hai Que Roelo!

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